Allá por el mes de mayo escribía sobre mis amarguras con el buzón de voz que
ORANGE me había instalado y que yo bajo ninguna circunstancia deseaba. No ha habido forma humana ni sobrehumana de hacerlo desaparecer. Decido dar de baja la maldita linea con su buzón incorporado. Llamo al puñetero contestador informático que supongo todas las compañías tienen para facilitar sus servicios a sus clientes. ¡¡¡Manda cojones!!!!
Consigo hablar con una
"amable señorita" de voz melosa y acento sudamericano, la que después de recibir todos mis datos se interesa de forma inusual por le motivo que me lleva a dar de baja la linea telefónica.
"Estoy harto de vosotros" es mi respuesta. Me pasa con el departamento de bajas y otra
"amable señorita" me dice todo lo que tengo que hacer para tramitar la baja. Fotocopia DNI, número de incidencia que me facilita y número de fax donde debo dirigir escrito solicitando( ¿solicitando? NO SOLICITO NADA , EXIGO) la baja de mi número. Así mismo me informa que dicha tramitación tardará unos 15 días en hacerse efectiva.
"Pero si no quiero seguir con ustedes ni un dia más" le increpo.
"Lo siento mucho señor Conan, es lo que se tarda". ¡¡¡Manda cojones!!! Quince días más por la cara.
Dispuesto a agilizar la baja me dirigo a un centro ORANGE. Y de paso tanteo las posibilidades que ofrecen. Resultado: puedo dar de alta una linea de forma inmediata, escoger ya, la tarifa que me interese, cambiar el terminal por otro mejor, pasar de tarjeta a contrato o de contrato a tarjeta, añadir o quitar paquetes opcionales como yo quiera y muchas otras ofertas que están en vigor.Pero dar de baja la linea , imposible. Que por lo menos hagan desaparecer el puto buzón de voz, imposible. Y eso que la "amable señorita" del centro de ventas lo intenta. Por códigos, llamando ella misma y manipulando el terminal donde lo tengo instalado. IMPOSIBLE NINGUNA DE LAS DOS COSAS. Ni puedo dar de baja la linea ni me puede quitar el buzón. "Lo siento, señor Conan, pero es que nosotros solo somos un centro de ventas" ¡¡¡Manda cojones!!!. Por lo menos la muchacha me informa que si quiero dar de baja la linea , lo mejor es que llame para pasar de contrato a prepago y dejar "morir" la linea. Tomo nota y así lo hago. Quince días que no tendré que abonar por el morro de la puñetera compañía.
Paso a otra cuestión. Voy por la tarde al super del barrio a comprar cuatro cosas básicas( papel WC y birras son dos de las cuatro). Tres cajas. Una cajera. Seis, siete, ocho y hasta nueve clientes nos juntamos en la cola para pagar, mientras la cajera habla con otra compañera sobre no se sabe muy bien que . Alguien de la cola se queja y la cajera sin dejar de hablar con la compañera empieza a pasar productos por el lector de barras mientras los deja caer hacia uno de los dos depósitos donde , nosotros , los cl
ientes, los guardamos en la correspondiente bolsa de plástico.
"22,60" dice mientras empieza a pasar los productos del siguiente cliente.
" ¡¡Uy¡¡¡ no tengo cambio de 50. Nos hemos quedado sin billetes de cinco ni monedas.¿Puede pagarme con tarjeta?" La mayoría lo hace.
Después de mas de diez minutos de cola, me toca. Lanza mi compra con la misma desgana que había utilizado con los que me precedían. Tampoco tenia que ser diferente .Faltaría más. Un paquete de birras por su propio peso impacta contra unos rosquillos , destrozando varios de ellos. Se los devuelvo. Los quería enteros. Con forma de rosco. No desmenuzados. "Descuentamelos que así no los quiero" le digo con mala cara. "¿Se los cambio? me contesta sin mirarme. "NO". "26 con 80" me dice mientras empieza a lanzarme la compra del siguiente. Saco mi billete de 50. "Ya he dicho que no tenemos cambio" , me dice , esta vez mirándome con cara de asesina. Le sonrío. "Ni yo tarjeta". Miradas fijas. Silencio. El billete de 50 sigue en su mano , medio tendida hacia mi. No hago ni el amago de cogerlo. Sigo con mi sonrisa. La compra del que venia detrás mio deja de pasar a todo trapo por el lector de barras. Coge el micrófono y llama a una tal MariLuz. La cola crece detrás mio. Esto promete. Llega MariLuz. "No tenemos cambio y el señor dice que no tiene tarjeta". "Pues buscar cambio de una vez", dice una señora mayor que de pronto se convierte en mi mejor aliada. MariLuz se va y vuelve en un par de minutos. Trae cambio. Por lo menos para mi. Creo que el dinero es suyo. Mi nueva amiga, la cajera, me lo planta en la mano . Le sonrío y me largo.
Recibo una carta de la marca de mi coche. En su política de calidad incluye una serie de cambios que mejoraran las prestaciones del vehículo. Me indica un teléfono y una persona de contacto, para evitar esperas y facilitarnos mutuamente la operación. Me indica la carta, que la substitución de la pieza que ellos consideran necesaria no me llevara mas de una
hora. Llamo y hablo con Javier. Tal día a tal hora. Perfecto. Me presento dispuesto a esperar esa hora y me dice , que de eso nada, monada. Que el coche se tiene que quedar y al día siguiente ya lo tendré.
"Eso no es lo me pone en la carta que me enviaron". "Ya, pero no lo podemos hacer mas rápido"."Pues no lo digan". "Nosotros no lo decimos""¿Coño pues quien lo dice? Porque aquí es lo que dice". Total otro amigo más. Dejo el coche y lo recojo al día siguiente.
En fin , que cruz. Como dice un buen colega mio, el servicio está cada día peor. ¡Y estos son los privados! ¿O solo me pasa a mi?
A mi me parece que la paciencia debería de dejar de ser una virtud. Otro gallo cantaría.