SANIDAD PÚBLICA

Estaba parado. Detras de un coche esperando que el semaforo cambiara de rojo a verde. En mi moto. Mi mula. De golpe, el vehiculo que que me precedia arrancó sin que el semáforo hubiese cambiado de color. ¿Donde irá con tanta prisa? Pensaba yo. Por poco tiempo. Muy poco. Por que de golpe, senti el golpe por detras y como mi mula y yo eramos literalmente levantados del suelo. No tube tiempo para nada. Ni para intentar amotiguar la irremediable caida. El vehiculo que habia detras mio, esperando el cambio de fase semafórica, habia arrancado practicamente al mismo tiempo que el que iba delante. Y así me fue a mi. Tranquilamente parado entre dos coches, y al instante siguiente, en el suelo, con la mula encima de mi rodilla derecha, la misma que habia impactado duramente contra el compacto asfalto.

Rapidamente me vinieron a socorrer. El primero, el conductor del vehiculo que me habia embestido. Asustado. Levantaron la moto que me presionaba la pierna. Me ayudaron a incorporarme. Me sentaron en un banco. Y me impidieron mover la rodilla de la que me quejaba. " Tranquilo, tranquilo, que soy bombero" me decia el atropellador. Menudo consuelo, pensaba yo. Como si eso me quitara el dolor que tenia en la rodilla. "En vez de bombero podias haber sido observador" me dije a mi mismo. Puede que así mi rodilla continuara sana y salva. Pero en fin, los acidentes ocurren. Mi ya personal bombero, hizo las llamadas oportunas para solicitar los servicios de urgencias. Rellenó el parte amistoso de acidente asumiendo las culpas ( faltaria mas) de todo lo ocurrido y puso todas las facilidades para intentar mitigar el mal causado. Quitando el despiste del atropello se comportó correctamente.

El primer policia llegó en unos dos minutos. El segundo coche patrulla a los tres. Y la primera de las dos ambulancias que llegaron, alrededor de los cinco . Bien. Muy bien. Me reconocieron allí mismo y dado que no observaron mas daños que los que yo le indicaba en la rodilla derecha, decidieron trasladarme hasta el hospital mas cercano, para a traves de los famosos rayos X, comprobar el estado real de la misma. En cuestion de minutos pase de estar tumbado en el frio asfalto de una calle cualquiera a estar tumbado en la camilla de un hospital. Nada que objetar. Rápido y eficaz.

Pero ahí empezó el infierno. Pero un infierno de cojones. Hospital público del area metropolitana de Barcelona. Tumbado en la camilla en mitad de un pasillo. Esperando mi turno. Pasaron mas de dos horas y media, hasta que una estudiante de medicina ( lo supe despues) gritó mi nombre. " ¿Señor Conan de Cimmeria? ¿Señor Conan?" . Levante mi mano indicandole el lugar donde continaba tendido en mi camilla. Me tomó la tensión y me hizo las preguntas habituales y básicas que ya habia respondido a los ambulancieros.Respondí con paciencia y despues de anotar varias cruces, se marchó. Como el aburrimiento me invadió, me dedique a observar a mis vecinos de pasillo. Tremendo. Apilados unos contra otros, a ambos lados del pasillo y dejando el espacio mínimo para el paso de otras camillas. Habia momentos en que los celadores y ambulancieros tenian que hacer autenticas maravillas para permitirse el paso unos a otros. Hubo choques de camillas. Los que ya estabamos "aparcados" sufrimos constantes golpetazos de los que intentaban pasar por el angosto pasillo. Continuos movimientos para hacer mas amplio el pasillo entre camillas. Imposible. No habia mas. Ya podian insistir que el espacio no crecia. " Un familiar por enfermo", insistia el gigante vigilante de seguridad. Como si hubiera espacio para mas. Ingenuo. De hecho, mi acompañante ya hacia rato que formaba parte de mi camilla. Nos acomodamos como pudimos a la espera de la visita médica que parecia no llegar nunca. Hubo momentos para la risa, viendo el autentico caos existente. La rodilla dolia, pero mi mal , parecia poca cosa comparandolo con algunos de los otros " aparcados". Una joven parecia agonizar, pues su rostro no reflejaba ni siquiera dolor y sin embargo apenas se adivinaba movimiento alguno bajo la sabana que la cubria. Al cabo de un rato, dos hombres , reclamaron la atención de todos los presentes a base de lágrimas y lamentos. Una mujer, totalmente inmovilizada por vendajes y extraños aparatos metálicos, iba a quedarse así para siempre. Inmovilizada. Un drama. Cuando pasó por mi lado, la miré a la cara y pense que seria de ella a partir de ahora. Me asusté. Ella no podria volver a moverse nunca mas. El dolor de la rodilla me pareció hasta ridículo. Se la llevaron del pasillo y ya no volvimos a verla. Un chaval joven, llegó sentado en silla de ruedas , con collarin incorporado, pues las camillas parecian haberse agotado. Nos mirabamos de vez en cuando y sonreiamos. De todos, los dos pareciamos los menos graves. En paralelo a mi, habia una anciana, 80-90 años, que de forma intermitente pero con precisión casi matemática, emitia unos gruñidos/quejidos que te obligaban a prestarle atención. Bueno, a todos menos a enfermeros y médicos. Estos iban como locos, pasillo arriba , pasillo abajo. La anciana parecia agonizar. La precisión de los quejidos/gruñidos solo era alterada cuando alguna de las constantes camillas que pasaban entre su camilla y la mia, la golpeaba aunque fuese levemente.Llegué a pensar que se moria allí mismo. Los familiares se iban turnando y le daban ánimos para que se tranquilizara. Pero la abuela pasaba de ellos y seguia a lo suyo. A su edad y en su estado no aceptaba consejos. Normal. Serian los lamentos o que le llegó su turno, que un médico/enfermero se puso a su lado y empezó a atenderla. Allí mismo en el pasillo. Justo a mi lado. El hombre intentaba colocarle varios dispositivos intravenosos a la pobre mujer. A cada movimiento mas gruñidos. Llegó incluso a dejarle una aguja clavada en el brazo, para apartarse y permitir el paso de tres o cuatros camillas que de golpe colapsaron el tráfico justo a nuestra altura. Parecia la huelga de camioneros pero con camillas. Patético. Despues de varios intentos consiguió instalarle a la abuela unas cinco bolsas colgantes de varios tamaños y liquidos de diferentes colores. Y la dejó allí. Con sus gruñidos/quejidos. La estudiante de medicina, aparecia de vez en cuando, gritando el nombre del usuario de una camilla, que rapidamente reclamaba su atención a base de gritos o espamos manuales. Tomaba la tensión , hacia sus crucecitas y desaparecia.

Finalmente, aproximadamente a las cinco horas de aterrizar en la camilla, un señor con bata verde se dirigió hacia mi y me introdujo en uno de los escasos box. Allí me encontre con varios medic@s , que en vez de atender enfermos tecleaban varios ordenadores, comentando circunstancias que nada tenian que ver con lo que ocurria en los cercanos pasillos . Un@ de ell@, la que parecia mas experimentada y por tanto daba ordenes a todo aquel que entraba en el box, marchó con otra recien llegada, según dijeron a merendar. "Tambien tienen derecho" me dijo una voz en mi cabecita. "Podian comprobar como tengo la rodilla, antes de la merienda" me dijo otra voz con tono más cabreado. Un rato despues de estar "depositado" en el box, por fin llegó mi hora. Un doctor me preguntó que me habia pasado. Se lo explique. Me exploró la dolorida rodilla. Y me dijo que eran necesarias unas radiografias para ver si habia algo roto. ¡JODER!, ya lo sabia. Hacia ya, casi seis horas que esperaba los complicados RX . En fin ya con mi batita verde que dejaba asomar mis musculosas piernas, un simpatico celador me traslado hasta la sala de radiografias. Esta vez era yo, quien ,con mi camilla , atravesaba el pasillo haciendo mover a otras, apartando a familiares y amigos y quien era observado por el resto de ocupantes camilleros. Llegamos a la sala de RX . Allí tambien habia cola. Casi otra hora , hasta que me pasaron al interior. Dos radiografias y vuelta al famoso pasillo. Mi lugar ya estaba ocupado, por supuesto. Y la abuela habia desaparecido. Otro buen rato, hasta que el señor doctor se me acercó con las radiografias. Me explicó que faltaba una y que tenia que volver a la sala de RX. ¡JODER!, otra vez a hacer cola para las putas radiografias. Otro buen rato hasta que me hicieron la que faltaba. Y vuelta al conocido pasillo. Con mi bata verde, mis ropas y zapatos encima, el móbil ya sin bateria y mis piernas mostrando orgullosas un par de calcetines de color negro. Y la paciencia al límite. Como la del resto de la gente. Ya habian pasado mas de ocho horas, cuando el señor doctor se me acercó para decirme que no se apreciaban fracturas. Reposo, hielo , unas pastillas para el dolor y visita al médico de cabecera. Aún tube que esperar casi otra hora mas para que me diesen el parte de asistencia. No me fui sin antes saludar a mi colega de la silla de ruedas y collarin , que de nuevo me devolvio la sonrisa.

Abrevio. El de cabecera( ¿por que se le dira de "cabecera"?), me deriva al traumatologo. Dos RX mas y me enseña el lugar donde está la fisura de la rotula. Total, la pierna escayolada desde la ingle hasta el tobillo. Tres semanas. Y despues recuperación.

¿Urgencias? Un infierno. Sales triste y preocupado. Con urgencia necesita un cambio . Me dolia mas el estomago que la rodilla. De la mala leche que tenia. La puta seguridad social. Maldito sistema sanitario. Nueve horas para dos radiografias que no dicen nada.Y no culpo al personal sanitario. Como todos, seguramente podrian hacerlo mejor. O dejar la merienda para cuando sus atenciones sean menos necesitadas. Aquello era un infierno, incluso para ellos. O sobre todo, para ellos.

En resumen. Una verguenza. Una autentica verguenza. Lastimoso. Y no podemos culpar a otros, como tantas veces hemos hecho. Depende de nosotros. Lo pagamos nosotros, lo gestionamos nosotros, lo sufrimos nosotros.

No quiero volver a ir de urgencias. Y menos a ese hospital. De Bellvitge se llama. Nunca mas. Total ¿para que?.

A mi me parece que seguiré pagando mi mutua privada. Y nunca mas dejaré que me lleven a un hospital público. Ni para un par de radiografias.

PD: Perdón por la extensión. Tengo tiempo de sobra y mucho acumulado.