Una de las cosas que menos soporto del "espíritu" catalán, es su inagotable capacidad para quejarse, protestar, lloriquear y culpar a los demás de los propios males. Es algo innato en muchos de nosotros. Pero está vez voy a ejercer de ello. Me han tocado los cojones y mucho.
Por imperativo sentimental, y por armonía conyugal, estoy casi "obligado" a ver ciertos programas televisivos que no soporto ni haciendo acopio de mi ya reconocida paciencia. Pero es lo que tiene vivir con alguien al lado. Hay que hacer ,muchas veces, un esfuerzo y compaginar los gustos de los dos. Y la verdad es que lo intento. Aunque no lo logro.
Bueno, pues uno de esos programitas es el famoso Gran Hermano. Reconozco que la primera edición estubo bien. Fue novedoso. Incluso entretenido. La segunda ya pareció más de lo mismo. Y a partir de ahí, nada de nada. Repetición de lo mismo, con la única novedad que en cada edición metían gente con tendencias , opiniones, religiones y gustos cada vez mas enfrentados. Para ver como convivían. O como se destripaban. El caso es que hace ya mucho que dejo de interesarme el programita. Pero como sobre gustos no hay nada escrito, aquí en casa hay quien no se pierde temporada tras temporada. Le gusta , que le vamos a hacer. Y así, como hoy precisamente , hay fútbol y es lo que se va a ver, los martes tendré mi ración de GH , quiera o no. Armonización conyugal, ya lo he dicho. Uno en el comedor y otro en la habitación, noche tras noche, no es plan.
En esta edición, para quien tenga la fortuna de no tener que " tragarse" semejante bodrio, han metido un excesivo número de participantes para que de entrada y a los dos días, empezar a vaciar la casa de concursantes. Hay un poco de todo, lo que para empezar está muy bien. Un pijo del buen vivir , un atleta fibrado, una graciosa granadina, la canaria de turno, una china con buen dominio del idioma, un chico amanerado a punto de casarse con su chica, un showman catalán , un mujer enana , otra de 69 años cumplidos y el resto que de entrada no destacan a simple vista. También hay, aunque todavía no lo sepan, un matrimonio en otra casa que deberá hacer lo posible para que el resto no descubran su unión. Forma parte del juego ideado está vez para " entretenernos".
El concurso se desarrollará según los cánones previstos. Con menos sorpresas de las que intentaran hacernos creer.
Pero a lo que iba. En todas las ediciones, en todas, antes de expulsar a un concursante, había una nominación previa de los participantes. Y ha partir de ahí, según dicen, el público decidía. Esta vez no. La dirección decide que para aligerar la casa de "hermanos" y empezar las expulsiones, todos están nominados. Con lo cual, en dos días, uno de ellos deberá abandonar la casa por decisión popular.
Lo cierto es ,que en dos días poco conocimiento hay para votar en contra de alguno de los "hermanos". Por tanto, parece que todos están en igualdad de condiciones. Pero es precisamente ese poco conocimiento el que me hace sospechar. El primer expulsado ha sido el autonominado "showman catalán". ¿Porqué? Pues a falta de razones, supongo que por su origen. Y más aún teniendo en cuenta ese pronunciado acento a catalán, que tan poco gusta por esos mundos de Dios. Por lo poco visto, el "showman" parece un tipo simpático. Alocado. Divertido. Podría haber dado juego en la casa. De hecho ya había creado una curiosa asociación con otra alocada concursante. La granadina. Los dos parecían de momento la primera conexión de la temporada. Pero se acabó. El catalán está en la calle. Y el tufo que desprende la expulsión me ha llegado a molestar. Y no solo a mi.
No estoy diciendo, que por ser catalán, no debería haber sido expulsado. No, todo lo contrario. Algunos catalanes han llegado a ganar el concursito de marras. Solo que la única explicación que encuentro a la eliminación del chico del Vallés, es su pronunciado acento. Y como los catalanes estamos ultimamente en plan reivindicativo, el pobre Germán, que así se llama el muchacho, ha sido la primera víctima . No encuentro otra explicación. La España rancia le ha dado por el culo.
La presentadora, una tal Milá, catalana también, de Esplugues del Llobregat para ser exactos, y como es habitual en ella, no puede disimular su decepción por la eliminación del paisano. Pero está vez poco ha podido hacer para influir en la "audiencia". Lo han echado. Y a mi está vez, la eliminación me huele a puro y cutre anticatalanismo por parte de los votantes. El acento le ha podido al entretenimiento.
Me entra tanta mala leche, que me siento sorprendido. Me voy a la cama y allí cambio de canal. Me paso a otro , presentado por otro catalán, de Reus para ser exactos, y espero que me alivie el mal humor .Casi lo consigue.
A mi me parece que por puro "sentiment català" los martes habrá mas tensión de la habitual. O más distancia. Servidor pasa del programita.
PD: ¡I visca Catalunya!