lunes, 31 de diciembre de 2012

Lamentable año


Un año más. Otro. Un triste año. Pobre año. Año para pobres. Año de pobres. Año misero.  Lamentable año. Año de lamentos. Año de crisis en una crisis de años. Crisis para unos. Años para otros. Gente sin casa. Casas sin gente. Bancos con dinero y dinero para bancos. Políticos en crisis. Pueblo sin políticos. Gente sin trabajo. No hay trabajo. Es el año de la crisis. Año para banderitas. Año de falsos.  Año de banderillas. Pobre año. Lamentable año. Año de hambre. Año de ahora no. Año de no llegar. Año de no poder. Triste año. Año de añorar. Año de lloros. Año de pena. Penas y crisis. Llantos y hambre. Año de frío. Año sin techo. Sufrido año. Año de mentiras. Mentira de año. Año de mayas. El año del fin del mundo. El año del fin de los años. El año del fin de mes. ¡Que asco de año!

Acábate ya. Finalízate. Extínguete. Termínate. Elimínate. Aniquílate. Suprímete. Consúmete. Púdrete. ¡Muerete ya, puto año!¡ Déjanos en paz!

A mi me parece que el próximo no puede ser peor. Este año no me ha gustado.

Saludos bárbaros

PD: ¡Ah! Y feliz año nuevo.

martes, 13 de noviembre de 2012

Los Conan



 Hoy salgo en la tele. ¡Estupendo como siempre! Nueva película pero , por lo menos, mantiene el espíriu del bárbaro. Esta nueva versión es mucho más fiel de lo que la mayoría piensa. Aunque, ¿ quien se puede olvidar de Arnold? Yo no.




Saludos bárbaros.


PD:  la próxima entrega se basará en la época en que fui rey. ¡ Rey Conan de Aquilonia!

sábado, 18 de agosto de 2012

DIA

Un apunte que no tiene nada que ver con lo que llevo pensando estos días. Maniático como soy, siempre cojo manías a quien  las merece y por supuesto, a quien no. Y como gran maniaco que me precio también cojo manías y ascos a grupos enteros. Injusto,si. ¿Y qué? El caso es que junto a otros colectivos que ahora no vale la pena comentar, dado mi más absoluto desprecio hacia ellos, coloco en primerisimo lugar a las cajeras de los supermercados. ¡Las putas cajeras y las madre que las parió! ¡Las odio!¡Las eliminaría del planeta!¡Al paro con ellas!Que digo,¿ al paro? ¡¡¡Al paredón!!!¡Zorras engreídas!!¡Que sean las principales víctimas de la crisis!¡Cajeros automáticos , ya!¡Pero ya!¡¡En todos los supermercados!! ¿Pero que se creen que son? Con sus aires de reinas endiosadas, las  más  afortunadas  tienen como trono a un sucio y maloliente taburete que ha dado cobijo a miles de solitarios y aplastados culos rebosantes únicamente de merecida celulitis.  Su insultante forma de masticar ese asqueroso chicle, que día tras día han de guardar bajo la caja y que solo apartan de su apestosa boca para dirigir al aire el precio de lo comprado como quien canta una desesperante opereta de barrio.Ese maquillaje pobre y triste con el que intentan disimular su aplastante fealdad y la falta de "cariño" que padecen. El maloliente disfraz con el que se ven obligadas a trabajar...¿Trabajar he dicho? No, esas arpías disfrutan con lo que hacen. Lo harían gratis. Se les nota en sus patéticas  caras. "Esas" no saben lo que es currar. Cuando se quedan sin cambio lo primero que hacen es pedírselo a la atormentada cola.¡Que hay que tener cojones!"Uno de cinco" (mascación de chicle)"¿Quien me da uno de cinco?"(mascación de chicle y mirada al grasiento techo a esperar que alguno se anime). "De cinco, por favor" Y ese "por favor"  ya tiene otro tono. Suena a amenaza latente y terminal. O alguien adelanta "uno de cinco" o de allí no salimos hasta el final de los tiempos. A ella, a la diosa, le da igual. Se lo está pasando pipa. Deben empezar el día con el cajero a cero. Sin nada de cambio.Así disfrutan las guarras. El caso es que hay veces que hay que hacer una colecta entre todos para contentar a la excelentísima señora. Y te quedas con las ganas de decirle,  "pero vamos a ver puta pedigüeña, tú ¿quien te crees que eres? ¿Por qué yo en el puesto décimo quinto de la eterna cola te voy a tener que dar "uno de cinco"?¿O de tres? ¿Por qué, yo te tengo que dar algo por adelantado?". Porque tú, estúpida amargada, no has sido capaz de prever el cambio que vas a necesitar por adelantado. Porque tú, analfabeta , no sabes lo que es prever. Por que tú, consumidora de telebasura, crees que "Sálvame" es un programa cultural. En definitiva, porque tú eres tonta del culo. Pues eso, que te quedas con las ganas de decírselo. Y todo por la falta de solidaridad entre las víctimas de la alimaña. Porque si todos nos pusiéramos de acuerdo .....


Y a pesar de todo, todo se lo perdono. ¿Todo? No. Todo no. El maltrato al que la muy guarra somete a "TUS" alimentos al pasarlos por el lector de códigos y el posterior lanzamiento por la grasienta rampa no tiene perdón. Eso si que no. Porque es a mala leche. La que le dieron de mamar. Ese machaqueo porque sí, porque le da la gana, porque es la puta cajera, porque si no te gusta te vas a otro sitio, porque hay gente esperando, porque le pica el chichi, porque date prisa, porque ahora ya no le pica, porque" no tengo cambio" ( me caho es su madre)("cago, quería decir cago, de cagar,es que me caliento" ), porque "se ha roto un yogur" ( "no se ha roto zorra, lo has roto tú al tirarlo, al aplastarlo con las patatas"), "se lo descuento" ( "si no le importa a su ilustrísima, se lo agradecería"), porque hay cola, porque tienes que recojer a todo ritmo porque la mugriente te lo amontona de malas maneras, porque " no me lee el lector, ¿se lo aparto?" ( ¡¡no coño, no, lo quiero, ¿o vas elegir tú mi compra?"joder ) porque son " treinta seis con sesenta" "¿tiene seis con sesenta?" ( "¡¡coño tengo cuarenta, que es más¿no?"!!), porque" no me coje la targeta  "¿tiene otra?" ( "se creerá la churri que al super me llevo el tarjetero"), porque "no tengo cambio "¿ quien me da uno de cinco?" (¡¡joder con el cambio!!), porque consigue que nos peguemos entre nosotros recojiendo la compra, porque te tira la compra del que va detrás encima de la tuya, porque tienes que pagar, recojer y esquivar el jamón dulce de otro al mismo tiempo, porque son odiosas, porque son cajeras. Las putas cajeras.

No las aguanto.

A mi me parece que debe haber alguna buena, pero yo, no la conozco.

PD: Para hacer constar que a pesar de que toda la especie es mala, las del "DÍA" son especialmente nocivas. Venenosas. Mortíferas. Odiosas.Cutres. Malas pécoras.

lunes, 30 de julio de 2012

domingo, 15 de julio de 2012

FRIGOPIE

Nos vestimos para ir a la playa. Es decir, camiseta tirantes, pantalones cortos y sandalias. Todo pequeño, escaso,  menos la toalla. Y ves por donde ( extraña expresión) caminando hacia el coche me da por fijarme en mis aireados pies con sus correspondientes dedos. Y observo que a cada paso que doy, esos descompensados, feos i sobretodo inútiles dedos, se levantan hacia el cielo en busca de no se qué. Con la bajada del pie, los estúpidos dedos buscan el suelo con lo que parece ser la intención de engancharse para a la vez empujar al resto de este cuerpo bárbaro hacia adelante. Ya observando con detalle, llego a la conclusión de que se tratan de pequeños impulsores. Supongo que todos lo sabíais, pero yo me he dado cuenta hoy ¿ que pasa?. También supongo que en tiempos remotos tenían una función mas amplia. O mas efectiva. Pero seguro que entonces, como ahora , eran feos de cojones.

Ya en la playa y casi de tertulia con los vecinos de sombrilla adosada, escucho como estos, intrigados  vete tú a saber porqué, deciden saber de la vida y milagros ( extraña expresión también )  del vendedor ambulante de helados. Y no se preocupan  los vecinos , ni  por el moreno nigeriano, ni el por el marroquí de color marrón hachís, que con acento confuso intentan vender alguna lata de "beear" o extrañas bebidas que algunos no sabemos entender. No, mis vecinos de sombrilla adosada, llaman sin disimulo al típico vendedor de helados de toda la vida. El que vende helados de "bombón" de "limón" y ahora de esos fálicos "calipos". Y siguiendo con la falta de disimulo, los vecinos interrogan al "heladero" por su profesión y futuro. Yo, adosado también al interrogatorio, abandono el estúpido escondite que me procuran mis gafas oscuras y escucho las explicaciones del heladero, siguiendo la tónica general , sin ningún disimulo.

Dice el buen hombre, que lleva cuarenta años vendiendo helados. Helados en verano y campo el resto del año. Que años atrás se hacia 3.000 pesetas en dos pasadas, pero que ahora hay días que no llega a los 40 euros. Se queja , como todos, de esa crisis que algunos dicen que padecemos y  que además se empeñan en que suframos. Explica el heladero, que a sus casi 70 años, ahora cuando le toca revisión médica ya no le controlan ni el "azúcar". " Me miden , me pesan y como mucho la presión arterial" "Antes te hacían algún análisis de sangre pero ahora ya ni eso". "Pero como yo me paso to el día caminado el azúcar no lo puedo tener muy mal". Explica para asombro de los que escuchamos, que el a pesar de todo, tiene suerte, porque vende helados para el del "kiosco", que según cuenta hace dos años compró los "seis" de esta zona a cambio de más de 5.000.000 de pesetas. Hace un par de años quiso vender sus helados por su cuenta y cuando le pillaron casi le multan con 500 euros. El temor a la multa le hizo volver a trabajar para el del "kiosco". "Pero los negrillos y los moritos lo tiene peor, porque ellos no pagan multas pero les quitan las latas". "Y se las dan al del kiosco" le falta añadir. El vendedor de helados da unas cuantas explicaciones mas de la mal que esta la venta de "bombones helados" y finalizadas estas se va con su maletín al hombro y el grito en la garganta. "Bombón helado""Calipo, calipo, de limón, limón, limón". No ha vendido  un puñetero polo ni a los vecinos ni al que escuchaba sin disimulo. Si es por nosotros hoy no llega a los 40 euros.

En fin, que entre el pie descalzo y el heladero, me he acordado de aquel famoso polo que yo nunca probé. El Frigopie. Solo para fetichistas o cosas así.  Un polo con forma de pie y sabor a fresa. ¿Quien se come cosas así?

A mi me parece que el próximo día de playa le compro un "calipo" al buen hombre. Hoy no le ayudé. Preferí seguir mirándome los dedos de mis pies. La puta crisis, supongo.

Saludos bárbaros.



PD: Por un momento vi coincidéncias entre los negrillos, moritos y el "heladero" y los que dependemos de una nómina.  El del "kiosco" en cambio ,me pareció una sucursal de Bankia.Cosas de la calor.

viernes, 20 de abril de 2012

COM AL PRINCIPI


Fa gairebé vint-i-set anys que ens vam conèixer. Era al principi. Érem joves i perfectes. I érem com dos peixos fora d’aigua. Perduts. Amb pors. Amagats. Amagats en mig de tota aquella gent. Tots joves. Intentant que ningú s’adonés de què nosaltres, aquells dos, també estàvem allà. Amagats entre la multitud. Però també amb il·lusió. Amb molta il·lusió. Amb la il·lusió del jove aprenent. I la de l’inquiet  novell que sap que el temps el convertirà en històric veterà. Perquè érem dels primers dels molts que havien de venir. Sí. Ho sabíem. Era al principi i en vindrien molts més. Però aquesta és una altra història.

La nostra deia que estàvem condemnats a unir-nos. I és clar, ens vàrem unir. Va ser senzill, malgrat que tu, ocult a les darreres fileres, no podies ni veure’m amagat enmig d’aquella freda i poc acollidora aula. Jo havia creat un escut al meu voltant i tu un mur de protecció. Jo, que no aixecava la vista del full que durant molt de temps va continuar en blanc dia rere dia, ni m’havia adonat que darrere meu, al fons, hi havia un altre que imitava les meves pors. Perquè jo vaig començar amb la por com a companya. Igual que tu. Recordo que a vegades, molt poques, perquè no m’atrevia, mirava a la resta dels quals ens envoltaven. Cercant ajuda. Una mica de consol. De solidaritat. “¡Eh! ¿Hay alguien como yo?” “¿Alguien más está perdido?” “¿Alguien más tiene miedos?” “¿Hay alguien?”. Però no. No trobava alleujament en les cares d'aquells aprenents. Tampoc rebuig. Tots, absolutament tots, aparentàvem el que podíem. Uns amb més estil. Uns altres sense cap. Alguns amb dissimulació, la majoria sense ella. I tu i jo, al nostre aire. A aparentar que no aparentàvem res. Avui, d'aquells novells, encara queda qui segueix aparentant. Pitjor per a ells. Encara temen. Encara fingeixen.


El cas és que als pocs dies, i després de moltes mirades amb el cap enfonsat entre les espatlles, ens trobem. “¿No fumas?” em vas preguntar. “No” et vaig contestar, intentant donar-li un forçat accent català al monosíl•lab. “Yo tampoco” em vas dir per continuar amb la nostra primera conversa. “¿Yo tampoco?” Jo pensava que es deia “Jo tampoc”. Allò em va sorprendre. Fins llavors només havia sentit parlar en català. Era obligatori. Faltaria més! I a mi, amb dificultats per expressar-me, m'anava bé. Em costava, però m'obligava a un esforç més. A superar una altra barrera que mai m'havia preocupat de saltar. Fins i tot vaig pensar que de tots, era l'únic que l’havia de saltar. Però tu, que no havies de superar res, anaves amb la reserva i la cura d’aquell que ha de pensar unes quantes vegades abans de dir una sola paraula. Perquè sí, tu pronunciaves molt millor que jo; però les regles, les normes, eren del meu domini. I aquella dificultat amb l’idioma ens va unir. Fou el nostre primer vincle. A mesura que avançaven les classes vam aprendre a parlar sense que ningú ens escoltés. Fluixet. A cercar racons solitaris. I jo escoltava com tu responies a les primeres preguntes que els altres ens feien. Tu vas ser la meva veu. El meu traductor. El meu professor. Jo escoltava i aprenia. Ràpid. Havia d’aprendre ràpid. O aprenia o ho deixava. Crec que si no haguessis aparegut no ho hagués aconseguit. No ho hauria superat. Però el destí, la casualitat o el que fos, ens va fer unir els nostres camins. Mai vas saber com em vas ajudar aquells dies. I com vàrem arribar a riure amb alguna de les teves genials classes. Jo et preguntava com es deia “tal” i tu em responies el que et semblava. Jo repetia. Fatal. Tu corregies. Pitjor. Riures. I després et corregies a tu mateix. I més riures. Molts riures. I tornem-hi. Sempre vas ser de somriure fàcil. Però així vam aprendre. Especialment jo. I al final d’aquella primera etapa ja no hi havia barrera. Tot estava superat. Quasi tot estava après. Però els altres es preguntaven perquè continuàvem rient.
I allò que ens va unir ens va fer inseparables. Vam deixar de ser Tal i Qual, per passar a ser “aquells dos”. Els altres ja no ens concebien a cadascun pel seu cantó. I quan un faltava, feien mil preguntes a l’altre. De fet, i t’ho dic ara, quan no hi eres, tornava a sentir-me sol. De nou perdut. Un altre cop havia de tornar a amagar-me. Com al principi. Només quedava esperar la teva tornada. Sé que a tu et passava el mateix. Varem tenir sort i les absències sempre foren curtes. Encara sort. Perquè érem dos. “Aquells dos”.

El cas és que es va forjar una amistat d’aquelles de “per sempre”. I així va quedar. I vam compartir moments d’alegria. I algun que altre embolic, als quals especialment tu, solies atreure. Quasi sense voler. Sempre em va fer gràcia la teva forma d’afrontar els problemes. Gairebé ignorant-los. Deixant-los passar. Esquivant-los. Me’ls explicaves i te’n reies. “¿Y ahora qué hago? Jejejejejeje.""Bueno, no sé. Ya pasará, jeje”, la teva frase preferida. Jo al•lucinava. Jo tot dubtes i preocupacions. Tu conformista i sempre poc exigent. Aquella era una de les teves millors virtuts. La teva poca exigència cap els altres. El que et donaven era suficient. Almenys amb mi. I donava el mateix el que et pogués dir o aconsellar, perquè malgrat l’atenció que em prestaves, després, per descomptat, feies el que et donava la gana. I malgrat tot, la majoria de cops semblava que et deixaves guiar. Donava la sensació que feies allò que els demés volíem. Què ingenus!


De veritat que mai vaig saber agrair-te que m’acollissis en aquells primers moments, que per a mi van ser especialment difícils. Només algú com tu, podia animar-me en aquella imprevista aventura que de forma inesperada varem emprendre junts. I això que molts cops era jo qui tirava del carro. O això creia. Ara ja no estic tan segur. Però sí que és veritat, que tu, amagat en una aparent fragilitat, et recolzaves en la meva falsa fortalesa. Fortalesa que mantenia gràcies a tu. I així, l’un amb l’altre, fins assolir l’objectiu. No sé, de veritat, si ho hagués pogut aconseguir tot sol. No sé si, nou mesos després, aquella atrotinada acadèmia de Mollet m'hagués parit com a policia.


Després, finalitzades les classes, el temps ens va separar. El futur ens va portar per camins diferents. Tu i els teus menors. Els teus “nens”. I la teva inesgotable paciència. I jo intentant ser un aspirant a detectiu de pel•lícula de sèrie B. Separats però junts. Perquè cada cop que ens trobàvem, per casualitat o sense ella, tot començava de nou. De fet, per a mi, eres l’excusa per anar a alguns llocs. O per assistir a trobades programades. Qualsevol motiu era suficient si provocava un moment per tornar a estar junts. Perquè cada cop que ens veiem ens oblidàvem de la resta. Com al principi. Cercàvem el nostre racó i tornaven els riures. Sempre vam tenir riures. Fins i tot rèiem quan sabíem que la resta, els altres, es preguntaven perquè ens rèiem. No s’adonaven de què allò, sempre va provocar més riures. Deu d’haver algú que encara s’ho pregunti.


I malgrat tot va arribar l’allunyament. Tu vas conèixer la meva filla. Jo a cap dels teus. Però sempre vaig saber de tu. Pels breus i escassos moments en què ens vèiem i pel que m’anaven dient de tu. I pel teu germà, al qual vaig acabar coneixent gairebé més que a tu. Dels pocs més antics que nosaltres. Cada cop que m’explicava alguna de les estranyes històries que t’ocorrien, acabava rient. "Siempre será el mismo". "Tengo que llamarlo”, acabava pensant. Però no. Després no hi havien trucades. No sé perquè. I així, el temps passava i passava entre nosaltres gràcies a les petites trobades, les promeses incomplides i notícies de tercers.


Fins fa poc. Molt poc. El lloc, insospitat. Jo sortia de visitar al metge quan tu arribaves. I com havies d’esperar una estona, vam anar a prendre un cafè. Feia com a mínim dos anys que no ens vèiem. Però això no importava. Mai va importar. Continuàvem sent “aquells dos”. Com si no hagués passat el temps. Com al principi.


Passat el primer moment d’alegria, vaig començar a notar quelcom estrany. Semblaves preocupat. L’home del riure fàcil estava trist. "Será que la edad le ha hecho madurar", em vaig dir. Però no. No era l’edat. Alguna cosa passava. No hi havien riures. “¿Qué te pasa?¿Qué has hecho ahora? Cuéntame.” I la resposta em va esborrar el somriure que la trobada havia creat. Em vas explicar que venies de l’hospital. Que t’acabaven de diagnosticar càncer. De pulmó. Que anaves a explicar-li al metge. I que encara no ho sabia ningú. Ni la teva muller, la Yolanda, ni els teus fills. Ni tan sols el teu germà. Ningú. T’ho acabaven de dir. I la casualitat, el destí o el que fóra, va voler que jo fos el primer en saber-ho. Se’m va gelar la sang. Vaig renegar de la puta trobada casual. I m’ho deies amb un somriure. Típic en tu. "Ahora voy a tener que dejar de fumar, jejejeje"."Me voy a poner tan gordo como tu, jaja". Però hi havia por a la teva cara. A la teva veu. “Se lo tendré que decir a Yolanda”. Allò t’atabalava. T’espantava més el fet d’haver-li de dir a la Yolanda, a la teva família, que el fet de patir el mal. Estic segur que vas intentar trobar la manera d’evitar-ho. D’amagar-ho. Trobar la forma de deixar-ho passar, com t’agradava fer. “Ya pasará, jeje!”. Però aquest cop no anava a passar de llarg. Era inevitable. No ho podies esquivar. Vaig intentar, inútilment, animar-te, sabent que no funcionaria. Vaig lloar els avenços mèdics i el ràpid diagnòstic. I que encara érem joves . Pot ser, ja no tan perfectes, però encara joves. I forts. I que no estàvem sols. No va funcionar. Ni tan sols amb mi. I com sempre, vam quedar en trucar-nos. I varem jurar que aquest cop sí que ho faríem. Mentida. Ens vam donar noves i modernes formes de contacte. I les vam utilitzar, sí. Però ja no tornaríem a veure’ns.


Ahir vaig anar al teu enterrament. Vaig veure la Yolanda. Em vaig acostar a ella i li vaig preguntar si em recordava. Feia tants anys que no ens vèiem! Va obrir els ulls plorosos i em va abraçar. "Edu, Edu". I l’abraçada va provocar més llàgrimes. I vam plorar. Vam plorar per tu. I després de tant de temps, semblava que el temps no havia passat. Sempre ens vam tenir en alta estima. Sempre vam ser còmplices per tu. Vam compartir la pena de la teva pèrdua. I després vaig conèixer als teus fills. Per fi els vaig conèixer! Però a tu no. No et vaig reconèixer darrere el vidre. No eres tu. No volia que fossis tu. El càncer havia complert la seva missió. La seva puta missió.


Molts dels que estaven amb nosaltres fa vint-i-set anys, també estaven allà. Però tu no. I de cop, em vaig sentir sol. Un altre cop. Molt sol. Espantant. Com al principi. I per a no haver-me d’amagar de nou vaig marxar. Vaig buscar el nostre racó, aquest cop només per mi. I vaig plorar. I vaig seguir plorant. Només vaig anar a veure’t a tu. A acomiadar-me de tu.


Avui ho sé. Quan arribi el meu moment, tindré al meu primer company esperant-me. Quan jo arribi, no estaré sol. Descansa, Xavi, descansa. Ens tornarem a veure i tornarem a riure. Com al principi.


El destí, la casualitat o el que sigui, vol que m’acomiadi de tu el mateix dia que fa dotze anys vaig perdre al meu pare. També de càncer. De pulmó. Maleït càncer!!









Al meu company i amic, Xavier Marí i García, segona promoció de la Policia- Mossos d’Esquadra, que ens va deixar el dia 11 de juny de l’any 2011. I a la seva família, Yolanda la seva muller, els seus fills, el seu germà Jordi i a tots els que, com jo, us trobeu més sols.





PD: “Xavi, como íbamos a pensar durante aquellas clases magistrales que, veintisiete años después, tú y yo íbamos a participar en un concurso de literatura en catalán. Mira que si ganamos, jejeje…”

domingo, 15 de abril de 2012

LA PRIMERA MEDIA HORA




Ya hace tiempo que decidí ir a trabajar limpio por fuera pero también por dentro. Un par de apretujones inesperados me hizo cambiar de hábito y asearme de forma periódica cada mañana. Sobre todo internamente. No me costó mucho. Y ahora se me hace difícil cambiar el hábito. De hecho la primera media hora de cada día es una repetición de la del día anterior. Y una copia de la que será al día siguiente. Tan grande se ha hecho la costumbre que incluso en festivos o épocas vacacionales, el habito se repite mecanicamente. No hay cambios y no los deseo. Así me va bien desde hace mucho tiempo. Además , acostumbrado a la tranquilidad e intimidad que ofrece mi propio sillón real , me cuesta sentar mis posaderas y relajarme en cualquier otro lugar que no sea el propio. Dejo dicho que igual que no me siento en tronos ajenos no me gusta que se sienten en el mio. Animal de costumbres. Solo momentos inesperados, mejor dicho, desesperados, alteran este mandamiento. Mi capacidad para resistir esa lucha interna es digna de mi apodo. Puedo esperar hasta el ocaso, si desde el alba y por razones inexplicables, la primera hora no fue como la del día anterior. Pero resistiré si con ello logro hallar la paz interna sentado en el lugar adecuado. Mi trono. Mi propio trono.


El caso es que hace unos días, tuve uno de esos llamados, revueltos. La primera media hora fue la habitual, pero a medida que avanzaba la mañana , mi estomago decidió saltarse todas las normas establecidas y funcionar por su cuenta. Hasta tal punto me sentí agobiado que hice uso, creo que por segunda vez en veintisiete años, de los servicios que para tales menesteres nos ofrece quien nos paga. Pero fue para nada. Porque ¿ quien puede cagar a gusto y dejar ir el cuerpo a su aire, con una simple portezuela de cartón que apenas tapa desde las rodillas a la cabeza? ¿Donde está la intimidad necesaria para que tu retorcido cuerpo deje ir todo aquello que por

cuestiones desconocidas ese día no desea mantener? Es mas , "todo eso" no quiere salir de forma discreta. No, ni mucho menos. Requiere de tu máximo esfuerzo, de apretar los dientes, y a la vez de relajación total de aquellas partes de tu cuerpo que no siempre puedes controlar. Que rugen. Protestan. Es como si dijeran; "Está bien , saldré pero se va a enterar todo el mundo" Y claro, si al mismo tiempo fuerzas un músculo y relajas otro, el resultado es imprevisible. Esos lavabos , esos servicios, no están diseñados para esos complicados momentos. No tienen paz. No te puedes concentrar. Al otro lado de la portezuela, pueden aparecer inesperadamente desde un buen compañero, a uno malo, a dos contándose secretos o ya en el colmo de las incomodidades, la mismísima señora de la limpieza con todo su carrito de herramientas preparadas para mantener el lugar en higiénicas condiciones. Condiciones que tu estas destrozando. Y tu allí. Sentado. Incomodo. Incomodisimo.Con los dientes apretados. Y rogando que el silencio sea tu aliado. Apretando lo que hacia un momento tenias relajado y relajando lo que estaba a tope de tensión. Más atento al momento idóneo para salir sin que nadie se de cuenta, que al motivo por el que habías entrado. En fin. Un desastre. Además, como la cosa no ha funcionado bien, al cabo de un rato, el cuerpo te obliga a intentarlo de nuevo, Como si algo hubiera cambiado durante ese corto periodo de tiempo. Para nada. Baste decir que en la segunda visita, la señora del carrito seguía allí. Motivo más que suficiente para ni siquiera entrar. ¿ Es que esa mujer no tiene otro sitio donde dejar sus trastos? ¡¡Por Cromm!!


Finalmente y agotadas todas tus fuerzas, acabas pidiendo permiso para marcharte antes y llegar a casa , saltar directamente al trono, y entonces si, entonces sueltas a la bestia. Las veces que haga falta. Pero en casa. En la intimidad. Solo para los tuyos. Como debe ser.



A mi me parece, que las extrañas agujetas que tuve al día siguiente, fueron una mezcla de la tensión y a la vez relajación a que sometí a determinados músculos. Falta de costumbre imagino.



Saludos bárbaros.


PD1: Por cierto , ¿ nos os pasa que cuando estas muy apretado, pero que muy apretado, tal y como te vas acercando al lugar de evacuación parece que no vayas a ser capaz de soportar la tensión? A mi me ha pasado varias veces que he llegado justo al límite. Ni diez segundo más hubiera podido retener. ¿No?


PD2: Tenia más imagenes pero me he contenido. Es que el tema es pa cagarse.

domingo, 1 de abril de 2012

DÍAS EXTRAÑOS



Hay días extraños. Raros. Pasan cosas que deseas y que llevas tiempo esperando. Pero pasan cosas raras. Deberían ser cosas normales, pero resultan ser cosas extrañamente indiferentes. Hay cosas que quieres que ocurran, pero cuando ocurren , tienes la sensación de que mejor no hubieran ocurrido. Era casi mejor el deseo de que ya ocurriría que el hecho de ocurrir. Porque aquello se deseaba y lo ocurrido no te da la sensación del deseo cumplido. No sé. Suceden cosas raras. Historias con sorpresas. Sorpresas con sentimientos inesperados. No se sabe como reaccionar. Aparentas normalidad y en cambio te comportas extrañamente raro. Hay cosas que te están pasando y no sabes que está pasando. Y pasan como si nada hubiera pasado. Pero pasan y son muy raras. Aún sabiendo que tenían que pasar, parece que esperas que no pasen. O que pasen de largo. Y así seguir esperando. Que parece lo normal y no lo es. No sé. Hay momentos difíciles porque no son normales. Son insólitos. Ajenos. No son tuyos. Son nuevos. Y raros, muy raros.

Hay días extraños. Hace poco tuve un día raro. No estoy mejor.

Saludos bárbaros