El GPS y la ITV (2)

En definitiva, hay cambios que te obligan a ponerte al día. Si quieres. Por comodidad. Para aprovechar lo que la tecnología te ofrece.Pero en cualquier caso, si no quieres, no tienes porqué. Y si eres un bárbaro rozador de la ignorancia menos. Podría utilizar mi nuevo coche en las mismas condiciones que usaba el viejo Ford del 86. Absurdo, pero si quisiera, podría. Pero, quien tiene que certificar que tu nuevo vehículo, sigue así, nuevo, si ha de saber de los nuevos avances. Es decir, quien te hace pasar la Inspección Técnica (pasando previamente por caja y desembolsar 44 euracos del ala) y certificar que todo está bien, ha de estar preparada para las nuevas tecnologías utilizadas por los nuevos vehículos. Tanto los “inspectores” como el sistema técnico-mecánico que han utilizar. Así, que si el niñato-inspector, chulito, con mono arrugado y aires de grandeza, te dice " Suba la palanca del freno de mano poco a poco hasta que yo le avise" se mosquea, porque le dices, que tu freno de mano no tiene palanca, mal vamos. Y cuando se acerca a comprobar , vacilón, que coño dices, te lo miras , y ahora si, en plan chulo rematado le dices: " Es automático" " El freno de mano es un botón incorporado entre la multitud de botones del salpicadero". Total que el capullo después de buscar (ojo que lo buscó, lo digo en serio) el freno de mano y sin estar en absoluto convencido de su ausencia ,me dice, también chulito : " Pues déle al botoncito poco a poco". Aquí ya me mosqueo. "¿Poco a poco al botoncito? ¿Me explicas como?" ¡¡Ignorante!! "Es un botón. ¡¡Un botón!! ¿Como le doy poco a poco? O le doy o no le doy." ¡¡Enterao!! ¡¡Inculto!! Que pena de juventud. Total que al final acordamos que aprieto el botón sin mas y ya está. Pero el aparatito que ha de verificar que el freno de mano frena progresivamente según lo levantamos , tampoco entiende de nuevas tecnologías. Resultado, el freno de mano se dispara de golpe y mi pobre coche nuevo pega un pedazo bote producto del frenazo de las ruedas traseras que hace que hasta el mismísimo niñato-inspector mire sorprendido. "Vale, vale" dice apresuradamente. "Y tanto que vale" le contesto. Aprovecho para bajar y revisar YO mi propio vehículo. Y ya puesto, con voz y cara de bárbaro norteño, le pregunto al niñato, si me queda alguna otra sorpresa. "No creo" "¿No lo sabes?" "Yo me ocupo de esta parte"" Y yo de mi puto y moderno coche""Poco a poco al botoncito, tienes cojones chaval".

Llegados a este punto, el resto de personas presentes , incluidos los "profesionales de la estación" ya estaban centrados en mi próxima parada. Las luces, intermitentes, cinturones y tal sin problemas. Pero para finalizar la odisea, otra sorpresa. Uno, ya no tan joven, me hace situar el coche entre dos guías y se mete debajo. "Le indicare por este altavoz lo que tiene que hacer". "Bien"” Frene" "No frene" "Frene" "Apague motor" "Ponga el freno de mano" "Ya está puesto, se pone automáticamente al parar el motor" "¿¿¿Ehhhgg??" "Nada, nada" "Quite el freno de mano" Aquí la sorpresa. Otra vez el freno de mano. Teniendo en cuenta que había sido previsor, me dispongo a realizar la maniobra para desfrenar el ya famoso freno de manita. Maniobra que requiere poner contacto y pisar a la vez freno de pie y botón del freno de mano y esperar un par de segundos . En ello estoy cuando: "Que quite el freno de mano"."Un momento". "El conductor del carro quite el freno de mano"."Estoy en ello". "POR FAVOR, quite el freno de mano". "¡¡SUBE COÑO SUBE!!". Hasta las administrativas pararon tras las cristaleras. Todos, inspectores e inspeccionados centraron de nuevo su atención en el posible embite. El momento prometía. El supuesto técnico salió del agujero y yo volví a bajar del vehículo. No le deje hablar. Le expliqué las modernuras de mi coche y las antiguallas de su sistema de inspección. Y apareció el bárbaro. El salvaje desbocao. Me cague en los muertos y los vivos de unos cuantos y en la puta ignorancia de aquellos a los que se le supone un cierto nivel de conocimiento de aquello que hacen para garantizar nuestra seguridad. "¡¡Joder, que tenéis que certificar que todo está bien y no tenéis ni puta idea! ¡Inútiles! ¡Al final me lo vais a joder!." Un "inspector" mas mayor vino a poner paz."Suba, suba al coche y póngalo en marcha y quite el freno de mano". Después de guantear con la mirada al inspector inútil y a su joven compañero del "botoncito”, que metros mas atrás intentaba disimular, subí al coche y siguiendo las indicaciones del "inspector mayor", finalicé la inspección. Inspección correcta. “Todo bien”. "Por lo menos cuando llegué si. Ahora no estoy tan seguro" le escupí al puñetero inspector que intentaba, amablemente he de decir, disculparse por el último episodio. Y me marché, con los sentidos alerta a la espera de algún ruidito inusual.

Solo espero que dentro de dos años, la “estació d’inspecció de vehicles” se haya modernizado al mismo tiempo que los coches que ha de revisar. Y si no, no entro. O pacto antes las condiciones de la revisión.

A mi me parece, que hay dos “inspectores”, a los que quité esos aires de “ser superior” que nunca debieron intentar lucir . Como “seres superiores” solo acepto a Crom y a Florentino. A nadie más.