A lo que iba. Después de las respectivas visitas médicas , hoy he empezado el periodo de rehabilitación. 25 sesiones, me manda el traumatólogo. El centro, huelga decirlo, de la Seguretat Social, como aquí decimos.
A la hora indicada me presento en el lugar adecuado. En la entrada , un mostrador , con un ordenador, varias carpetas y una silla vacía. Me asomo por el pasillo y observo a varias personas sentadas como esperando turno. Me quedo cerca del mostrador y espero que venga alguna persona del centro y me indique que tengo y como lo tengo que hacer. Varios minutos y nadie aparece. Dos señoras, quien bien podrían ser , mi santa madre y alguna de sus santas hermanas, y que se disponen a abandonar el centro, dándose casi media vuelta, me dicen que tengo que hacer.
"Tiene usted que poner su nombre aquí y firmar cada día, y traer la cartulina que le han dado y dársela a una de las señoritas. Si es la primera vez, joven ( ?????), mejor pase dentro de la sala y hable con cualquiera de ellas". Les agradezco su ayuda pero decido esperar a que alguna de esas "señoritas" me atienda en persona. Finalmente, una "señorita de bata blanca" sale de un despacho y la abordo dado que soy el mas rápido de los allí presentes. Me dice más o menos lo mismo que las dos amables señoras. Solo , cambia , en que tengo que esperar en el pasillo a esperar que otra "señorita" nos llame. Así, que me siento al lado de los que a partir de hoy y durante 25 sesiones serán mis compañeros de fatigas.
Nos llaman. Entramos unas 8-10 personas. Salen tres mientras esperamos. Dentro hay mas de 50. La sala no es muy grande. Hay quien espera en la cabecera del que está ejercitandose. ¡ Que ansia ! pienso para mi. Rompo la media de edad. Pero de mucho. Solo una pareja está por debajo de la mía. Aquello es un ejercito de ancian@s. El futuro de muchos de nosotros. Hay mayoría de mujeres. Hasta aquí parece que vayan por parejas. Como a mear. Mientras una hace extraños movimientos con una especie de almohada, la otra le cuenta algo sobre una tercera, que obviamente no está allí. Después cambian y habla la otra. Compenetración absoluta. Algún abuelo se pasea sin saber muy bien que hacer. Cada 10 minutos una de las "señoritas" va gritando apellidos y 4-5 pasan a unas salitas protegidas por una cortina gris. Mi "señorita" , supongo que por ser mi primer día, está muy pendiente de mi. Me manda hacer dos "ejercicios" para fortalecer la musculatura alrededor de la rodilla. Le explico, que la musculatura, como ella misma puede ver, está casi perfecta. Son muchos años de duro entrenamiento y la pierna solo estubo enyesado una semana. Pasa de mi. Es lo que hay que hacer. Cada ejercicio dura unos diez minutos. Para acabar de completar la sesión, me mete en un cuartito junto a otra abuel@, y me enchufa a un aparato de ultrasonidos. " Ponte esta crema y después te aplicas este rodillo sobre la rodilla y con movimientos continuos, no demasiado deprisa ni demasiado rápido, la extiendes sobre el punto donde te duele". 8 minutos , de auto-cura con los ultrasonidos, y para casa. Allí dejo, hasta mañana, el futuro ejercito, que algún día como buen bárbaro, lideralé.
Impresionante. Es lo que me espera durante este mes de agosto que ya empieza. ¡Maldito bombero! Solo me queda el consuelo, de esperar, que por lo menos , me acaben dando 50 euros al día. Que menos.
A mi me parece , que esta famosa rodilla , o se cura sola o se queda tal y como está. Paciencia.
PD: Mañana , ya con mas confianza, y gracias a ese don innato que me concedieron los dioses de entablar amistad con la gente mayor, me enteraré porqué hoy, dos abuelas casi se dan de hostias por un almohadón. Ha sido genial.
2 comentarios:
Por la mutua hubiera sido más fácil, por experiencia. Casi no te hubieran hecho esperar en la entrada y los ultrasonidos te habrían sido aplicados por alguna de esas "señoritas" (¡¡¡qué menos!!!).
La rehabilitación no te va a servir de nada, así que hazte colega de algún anciano merengue y que por lo menos te entretenga con sus historias.
Tela con el bombero...
Pues,hoy, segundo dia, ha sido ya el pasotismo absoluto. Entro, me dirijo a mi "señorita" (Olga) y me dice:
"¿Te acuerdas de los ejercicios que hicimos ayer? Como si ella tambien los hubiera hecho, no te digo. Le digo , que si, por supuesto y simplemente me señala una camilla vacia. Hay te apañes. Al cabo de un ratito, otra "señorita" grita "Conan""Conan" y me lleva a la salita de los ultrasonidos, empapa el rodillo con el gel, me lo planta en la mano y se larga sin decir ni pio. A los 8 minutos de auto-cura, me limpio la rodilla y me largo del Centro de Rehabilitación y Logopedia. Hasta mañana. A este paso no me da tiempo ni a entablar amistad con algun abuelete. Tremendo.
Besos bárbaros.
Publicar un comentario